LA GRAN EME
Le he estado dando bastantes vueltas, no crean, pero he decidido confesar algo. El día dos del corriente escribí aquí sobre el decrecimiento, un post que además se publicó el sábado pasado en La Opinión. Ese día también era el cumpleaños de mi preciosa y convaleciente mujer, quien decidió celebrarlo cenando uno de sus platos favoritos (nunca sabré por qué): un Big Mac para llevar del famoso restaurante McDonald's. Obviamente, quien fue a por la comida fui yo. En la cola pensaba lo siguiente: Vale, Joseda, aquí estás, con los dedos todavía calientes de teclear estupendeces sobre Serge Latouche y la lógica del caracol y tal, esperando que te sirvan nada más y nada menos que en el puto McDonald's. ¿Cómo vas a justificarte esto sin hacerte pedazos por el camino? Y bien, me ha costado lo mío, pero creo que he dado con una solución. Si no vale, pues que venga el tío del hacha y me desmiembre.
Somos occidentalitas: esto significa que por mucho que intentemos convertirnos en parte de la solución, somos en alguna medida parte del problema. Somos cebras, blancas y negras. No solo no es posible, sino que ni siquiera es necesario armar un ejército de soldados monocromáticos para luchar contra la sociedad del espectáculo: las rayas del color malo no nos invalidan para pelear por el color bueno, pero la obsesión con la pureza sí. Si la vida es, en defición de Rengo Wrongo, lo opuesto del márketing, no tendré que esperar a quitarme hasta el último resto de márketing del pelo para apostar por ella, tenga las rayas que tenga. Somos cebras, insisto. No somos blancas con rayas negras ni al revés. Nada está decidido ni escrito. No va a haber victoria final, pero seguramente tampoco habrá derrota. Se trata de seguir empujando en la dirección correcta, que en este caso es la opuesta al McDonald's, porque de todos los tipos de comida basura que tienes para elegir, ¿no te satisfaría alguno sin simbolismo imperialista, cariño? ¿Qué me dices de un kebab?
Y tal y cual. Va, que pase el del hacha.
Buen intento pero me quedo con la frase final, si hace falta paso yo con la mía....
ResponderEliminarHola Joseda,
ResponderEliminarNo critiques tanto a mi cliente Mc Donalds que tengo que seguir vendiendoles cebolla para sus "hamburgers".
Un beso enorme
Sonia
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ResponderEliminarheets
TEA