miércoles, 18 de febrero de 2009

DINOSAURIOS, ROBOTS Y EL VERBO TRANSITIVO QUE LOS UNE

Han pasado más de diez años desde que descubrí la Güé. Me abrí una cuenta de correo de Mailcity y me bajé unas fotos para ilustrar el fanzine que hacía por aquella época: Oh poetry! Porno no vi. Pero no por nada, sino porque estaba en la sala de ordenadores de la Universidad de Murcia, rodeado de gente. En fin. El SO era Windows 95 y el navegador el de Netscape. El buscador más popular era Altavista. O tempora, o mores.

En fin. El invento de las tres uves dobles me ha traído muchas alegrías y muchas iluminaciones, y muchas sorpresas, y me ha acercado a mucha gente. Desde mi primer proyecto, Dolores Lalovic, hasta este blog. Creo que la interné es una de las herramientas básicas de nuestra salvación y que constituye un espacio abierto, infinito como la mente humana, irregulable y, sobre todo, externo al Mercado. Un arma, pues, cargada de futuro, gracias a humanistas de la talla de Tim Berners-Lee et al.

Dicho esto, la verdad es que sigo a veces quedándome de piedra por entre las páginas del libro de arena. O si no díganme cómo tengo que quedarme ante mi hallazgo de hoy: Dinosaurs Fucking Robots. Que no, que no es una metáfora: chasquen y vean. No hay más cera que la que arde: Dinosaurs Fucking Robots. Y no al revés.

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