martes, 2 de diciembre de 2008

MEJOR QUE MIGLIORE


El Vaticano se opone a la despenalización de la homosexualidad. Ya saben: ese horrendo delito por el que, en países como Irán o Arabia Saudí, uno puede acabar colgando de una soga. ¿Y qué motivos alega para estar tan contento con la situación actual? Pues copio y pego las declaraciones de Celestino Migliore, portavoz de los obispos ante la ONU:

"Con una declaración de valor político, suscrita por un grupo de países, se pide a los estados y a los mecanismos internacionales de actuación y control de los derechos humanos que añadan nuevas categorías protegidas de la discriminación, sin tener en cuenta que, si se adoptan, éstas mismas crearán nuevas e implacables discriminaciones".

La verdad es que hay que saber algo (bastante) de Cabalística para comprender el enunciado, pero por suerte un servidor es doctor en lenguas muertas y les puede orientar. La clave está en la repetición del sustantivo discriminación. En las implacables discriminaciones. El Vaticano no va a mover un dedo para impedir que un homosexual sea ejecutado en Oriente Medio porque considera que la víctima es él y el agresor el homosexual. Que cuelguen, hombre, que cuelguen. Al enemigo ni agua, no digamos bendita.

1 comentario:

  1. Gracias al diccionario he sabido lo que es procrastinar.

    Pero, después de varias visitas al diccionario y de varios ejercicios de combinatoria con la frase de Celestino, no consigo aclarar el origen de las discriminaciones.

    Celestino está en otra dimensión. Que vaya con Dios.

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