SIEMPRE GANAMOS ALGUNOS
Hasta ahora, las sociedades de gestión de derechos han tenido la facultad de facturar a cualquier bar, discoteca, local de celebraciones, empresa de transportes (en realidad cualquier sitio público con una radio encendida) elevadas cuotas en concepto de derechos de autor. Sin importar si la música que suene en estos sitios sea nacional o extranjera, o sus derechos hayan caducado, o los autores estén vivos, muertos o viviendo en Nepal. De hecho, aunque los autores hayan renunciado a cobrar por sus derechos de autor (por ejemplo licenciando su música como Copyleft, y sepan que en este left hay mucha más izquierda de lo que algunos piensan), SGAE y compañía facturan y cobran, o demandan y cobran igualmente. Hay alguna sentencia excepcional que ha exonerado del pago a quien ha podido documentar profusamente que toda la música que ha sonado en su bar queda fuera del ámbito de competencias de nuestros amigos de la SGAE (siempre ganamos algunos etcétera). Y por ahí van los tiros del nuevo proyecto que he venido a comentarles.
La gente de AE Distro está desarrollando un nuevo certificado digital que acreditará a empresas de hostelería y medios de comunicación como usuarios exclusivos de música copyleft, manteniéndolas a salvo de las prácticas recaudatorias de las sociedades de gestión de derechos y creando así una plataforma única para estos creadores. Mientras actualmente es una tortura china producir música libre en este país, con la expansión de esta red se hará mucho más atractivo pasarse a las fórmulas de licencia abierta. Todo está por hacer, pero también es cierto que cuando se construye sobre principios justos, cada paso adelante es ya una victoria.
¿Para cuando algo así en las bibliotecas? Bueno, primero que llegue el Kindle y después ya veremos.
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