GEORGIA ON MY MIND
A pocos días del inesperado inicio de las hostilidades, emerge tímidamente la acostumbrada retórica imperial: el Times presenta al cordero georgiano a punto de ser degollado y suplicando ayuda para mantener la libertad y la democracia en el Cáucaso, poco más o menos. Pero hay menos (retórica, me refiero) que de costumbre, y la realidad mantiene un agarre firme, como en el ajustado análisis de Thierry Maliniak en El País. Será cuestión (otra vez), de contar a los muertos, dejar que cada hijo de puta se autorretrate con sus declaraciones. Tomar nota de todo, pero sobre todo contar a los muertos.
Un gigante del petróleo y del gas (y del armamento)hoy en día hace lo que le apetece cuando le apetece y como le apetece, se pasa por el forro a la ONU y a su puta madre y NADIE, absolutamente NADIE puede hacer NADA, y George Bush hace su discursito de defensa de los derechos humanos con ocasión de la inauración de los JJOO en China... Ya te mondas... Bueno, lo único que podemos hacer es pensar en los muertos, y eso, creo, no sirve tampoco de nada.
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