DOLAN MOR / CONFESIONES
No sé si hago bien copiapegoteando de cualquier manera este poema de lo de Vicente y Patxi, pero igual ahí va. Es un poema que me habría gustado mucho haber escrito yo: me fascina ese baile por el filo de la prosa, esos períodos rescatados del borde por algo superior, un ritmo, el más misterioso de todos, el de la oralidad. Y suscribo gran parte de lo que se dice: yo también amo de Carver esa forma de sabia humildad que le aporta su humanidad, saberse (y celebrarlo) igual que cualquier otro, al margen de malditismos rarunos y elitismos culturetas. En fin, agárrense porque comienza un gran poema:
Al principio yo anhelaba ser el príncipe de la poesía, el reyde las palabras, un ministro de los poemas con una medallasobre mi oscuro pecho, una corona de oro alumbrandocon su dorada luz mi noble cabeza. Después, bajé mis metasy me propuse ser un licenciado, un doctor en gramática,políglota, un James Joyce, usar barba, un abrigo negrohasta los tobillos, las gafas circulares, la pipa entre los labiosrecitando los versos de Charles Baudelaire. (Recuerdoque tenía la foto de Vallejo debajo del cristal de mi mesade noche y, mirándola, apoyaba mi rostro y mis manoscruzadas encima de un bastón con el puño de plata,en forma de león, para creer un instante que mi nombreera César. --Incluso estuve preso por parecerme a él.)Me decía a mí mismo frases de Kierkegaard: “para el hombreque aspire a triunfar en la vida existen dos caminos: ser Césaro ser Nada”. Y yo lo repetía con la convicción de que era(sólo faltaba tiempo) un dios o hijo de un dios. Sin embargo,las cosas han cambiado y mi punto de vista se cayó en unabismo. Ya no aspiro a ser príncipe, ni ministro, ni rey,ni políglota un día, mucho menos deseo ser Joyce o Baudelaireporque ambos están muertos, y un hombre, si está muerto,vale menos que un perro. Ahora aspiro a las cosas sencillasde la vida. (Me lo dijo Ray Carver y nunca lo entendí.) Miroel agua de un río sin pensar qué es el agua, me acuestoentre la hierba y disfruto del sol. Pienso, respiro, sientocómo limpia el oxígeno mi sangre, mis pulmones, lateen mi corazón. Soy feliz con vivir sencillo, aspiro a eso:Posado, como un pájaro, sólo quiero una rama para cantarmis versos, también una ventana para mirar el mundo,aunque no tenga un piso, ni un palacio, ni un templo. Un marco,una ventana para asomar mis ojos, humilde, con asombro,sabiendo que soy polvo, y, debajo del cielo, un animal o nada.
¡menudo poemaaaaazooooooo!
ResponderEliminarDavid
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