DIEZ DE MARZO
Llevo todo el fin de semana inmerso en la fascinante narrativa electoral y se me ha creado, por qué no decirlo, un nudo en la garganta. Imagino que alguno de ustedes podría deducir de esto una conclusión descalificatoria del tipo ya está el hooligan que es capaz hasta de ponerse a llorar porque su partido ha perdido tres escaños. No puedo decir que eso no sea totalmente falso. Pero sí que la realidad es mucho más compleja. Me explico un poco:
La literatura está hecha con dos hilos, el discursivo y el lírico. La secuencia de acontecimientos desde el viernes hasta aquí abunda en los dos materiales, como una novela de Roberto Bolaño. Primero lo más grave, el asesinato de Isaías Carrasco, del que parte la secuencia emocional y lírica. Casi al mismo tiempo, arrancan las cábalas sobre cómo afectará eso al resultado, y de ahí el hilo discursivo.
Ambos avanzan muy pegados. El día siguiente, sábado, la hija del concejal asesinado se planta ante las cámaras y se larga un discurso impresionante que nos deja a todos temblando como hojas, en torno a los pivotes: valiente, cobardes, hijos de puta, ir a votar, lo quiero. Por la noche, los peces globo del PP tratan de meterse aunque sea a hostias en el funeral. Patxi López se enzarza con María San Gil. La familia se niega a recibir a Rajoy, como antes a la alcaldesa, de ANV. Alrededor está medio Amurrio, pero rehúsan dar sus nombres a la prensa. Ignacio Escolar rescata un refrán local sobre el barrio de Carrasco: Extremadura, tres: Cáceres, Badajoz y San Andrés.
Los gurús de la politotecnia arrojan la toalla: en situaciones como ésta no hay manual que valga y lo mejor que se puede hacer es tomar notas y callarse. En las comunidades gobernadas por el Partido Popular se prohíben los actos de repulsa al atentado, y sus organizadores aprovechan las manifestaciones del día de la mujer (mundial) para hibridar y hacerse oír.
El domingo arranca con unos datos de participación impresionantes, pero nadie parece capaz de interpretarlos, porque Madrid, Valencia y Murcia van en cabeza. Las piezas van entrando en su sitio. Todas las encuestas estaban sesgadas y todas tenían razón (excepto las de Andorra). Y ahí reaparece de nuevo el hilo poético: la gran derrota de la izquierda, barrida por el (gran sintagma, compañero Llamazares) tsunami bipartidista. El trastorno bipolar, y las banderas por el suelo. Es imposible medir hasta qué punto, pero parece que la propia novela del fin de semana ha transmutado al partido socialista en un fanal de democracia y justicia capaz de arrastrar el corazón de los votantes tradicionalmente de corazón: los de los partidos nacionalistas (excepto CiU, claro) y, ay, los de Izquierda Unida. Un gran, gran final anticlímax, si me permiten el oxímoron (y a continuación la pedantería). Tan realista, tan realista, que la tristeza del interventor con alopecia que entrega las actas y se marcha a su casa no se distingue (por lo tanto es) de la realidad.
Por eso hablo de lo fascinante que ha sido la narrativa electoral, y por eso me estoy cagando en este momento en la reputa que la parió, a la narrativa electoral. Yo sólo quería una sociedad más cercana al bienestar social y a la responsabilidad ética y ecológica, si no para mí para mis hijos. Y en ésas voy a seguir, literatos de mierda. Reconozco que anoche pensé en buscarme una vitrina cómoda en un museo y fosilizarme en ella tras un letrerito que dijera Militante de IU emitiendo en una lengua muerta diatribas contra la ley d'Hondt. Pero qué cojones.
Saludos compañero: llegué hasta aquí a través de Hank Over. Sinceramente, paso de política, pero te dejo aquí el comentario porque me queda más a mano; un placer dar con tu rincón. He colgado el spot de amnistía internacional en el mío, que por cierto: como si fuese tu casa.
ResponderEliminarPrometo volver por aquí: suelo complir mis amenazas, y cuidar mis vicios.
un abrazo.
Lluís.
Estoy de acuerdo. Nada de vitrinas. A seguir rompiendo cristales, que algo queda.
ResponderEliminarPor cierto, ironía extrema: tu ventanita publicitaria "IU existe" está en negro, vacía, IU no existe?
Sobre el discursito de marras de la hija de Isaías... tuvo partes previsibles y otras que no tanto.
ResponderEliminarLo previsible: lo cobardes que eran los que habían matado a su padre y que todo el mundo vaya a votar por que es la mejor manera de honrar su memoria bla bla. Especialmente esto último entra de lleno en la categoría de "topicazos estúpidos e insorportables".
Lo imprevisible: sobre todo la entereza con habló ante las cámaras (me pareció una mujer dura, terrible, no fría o cruel como los que han matado a su padre, pero sí "de armas tomar") y también lo de que su padre "había muerto por la libertad y por el socialismo". Esta parte es la que merece ser analizada y, no importa la simpatía que podamos sentir por la víctima, contestada.
Porque cuesta creer que su padre, empleado en un peaje de autopistas afiliado al pse, desempeñara un rol activo en la "lucha por la libertad" (y no digamos por el socialismo: más sobre ésto después) y que por éso precisamente lo habían matado. Lo que parece más probable es que Isaías fuera una persona con una vida perfectamente normal, posiblemente aderezada con nobles ideales, pero en todo caso encasillada en la misma rutina de conformismo en la que parecemos estar todos. En otras palabras: no lo mataron por nada que estuviera haciendo, sino simplemente porque era un objetivo fácil.
Sobre lo del socialismo... Sandra, mira, la madurez sobrevenida de la noche a la mañana por una experiencia traumática no puede compensar la falta de recuerdos y experiencias. Has dicho lo que has dicho porque no recuerdas al psoe renunciando al marxismo, metiendo a España en la otan, dando vía a la creación de etts o a FG diciendo que "no se puede gobernar en contra del capital". Has dicho lo que has dicho porque seguramente piensas que ser "socialista" no es incompatible con apoyar un sistema perverso de relaciones de producción y de acumulación.
Más claro: tu padre no ha muerto por la libertad, ni por el socialismo... tu padre ha muerto por nada. Una muerte estúpida y sin sentido como todas las otras que han causado los de la banda durante todos estos años.