martes, 9 de octubre de 2007

ME ESTÁN BORRANDO

No quiero ser paranoico, pero me están borrando. Me explico:

Pasé mi infancia en un piso del número 1 de la calle Bodegones. En aquella época y hasta hace poco, esa calle formaba parte de una modesta ruta pagana que empezaba en la calle Jara Carrillo (el poeta satírico), continuaba por mi calle (llamada así por albergar tabernas y mesones desde la Edad Media) y desembocaba en el paraíso: la Plaza de las Flores. Hace poco, el ayuntamiento de Murcia decidió cortar por lo sano con tanto sindiós y renombró mi calle. Ahora se llama Arzobispo Simón López, el último responsable en mi ciudad de la Santa Inquisición. No es broma lo que estoy contando, por desgracia.

Estudié Bachillerato en el instituto El Carmen, en la calle Princesa. Ese instituto hace ya años que no funciona. El otro día, al pasar por allí, me encontré con que también habían renombrado la calle, que ahora se llama Sacerdotes Hermanos Cerón.

Por entonces, ya vivía en el barrio de La Paz. La burrada que van a hacer con él ya la conocerán si son de aquí. Si no lo son, pregúntenle a Ricardo Bofill. Antes de la aprobación del proyecto en el ayuntamiento, ya están sacando a los niños de la guardería.

Política son muchas cosas, no solo socioeconomía.

3 comentarios:

  1. Quel dommage !
    Nous avons connu Murcia une seula occasion. La Plaza de las Flores est une merveille. La bière et les tapas augmentent cette merveille.

    Pourquoi tous les nouveaux noms sont religieux?

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  2. Espero que no te estés quedando sin rostro o sin brazo en alguna foto de tu pasado, como en la peli.

    Felicidad Flor Ever!

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  3. Hola a todos. Lo de los nombres religiosos tiene un sentido político, claro. Lo de homenajear a un esbirro de la Santa Inquisición, más.

    Jejejej, sí, señor conde, eso es exactamente lo que me está pasando en las fotos, pero bueno, igual me iban sobrando unos kilos.

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