viernes, 10 de agosto de 2007

EL PRIMER DESCONOCIDO


Lo que sigue es un poema de Kristine Ong Muslim que he encontrado en lo de The Reverse Cowgirl y que me ha gustado tanto que he decidido traducirlo:



EL PRIMER DESCONOCIDO


No se presentó como el Mesías

“Considérame un vendedor a domicilio”

-dijo- “Con productos en venta, muchos de los cuales

no necesitas”.

.

Sonreía. Sus gastados

Vaqueros, arrugados. Su cara,

Recién afeitada, apestaba

A gasolina cuando se acercó.

Le abrí la puerta,

Lo dejé entrar.

.

Venía de otro lugar, e insistía

En que podía arreglarnos los ojos para hacernos

Ver mejor. Le creí: le había

Devuelto la vida

Al vecino de al lado.

.

“Sois criaturas maravillosas”, decía,

“sólo que limitadas. Pero puedo ayudaros con la visión,

abrir vuestra mirada más allá de vuestro espectro”.

.

Y lo hizo. Sólo dolió al rozar

Los nervios ópticos. Dijo que el dolor era normal,

Que no podría entrar en la memoria,

Que sólo estaría ahí por un momento.

.

Me dijo que abriera los ojos, y todo lo que vi

Era oscuridad. “Me has dejado ciega”,

Dije. “No”, sonrió,

“Mira mejor. Hay algunos colores

entreverados en la oscuridad”.

.

Cintas moteadas se desplazaban

A través de la negrura.

Todos los colores eran extraños,

Desconocidos, pero parecía

Que habían estado ahí desde siempre.

.

Y oh, cómo cantaba, la oscuridad.

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