KEREN ANN

Bueno, ya tenía ganas de acabar la campaña política que he emprendido a costa de todos ustedes por aquí, porque parecía que no pegaba meter entre dos proclamas lo que les voy a contar ahora mismo, y que no es nada más que que Keren Ann ha sacado disco.

Escuchar a Keren Ann es tener entre los dedos, como una canica, la posibilidad de una vida mejor, y jugar con ella. En sus canciones la gente es hermosa y libre y capaz de comunicarse, aunque lo que comuniquen no sea a veces otra cosa que el spleen de siempre. Para escuchar a Keren Ann es bueno haber oído antes mucha música pop, y darse cuenta de la diferencia entre una apuesta total por la poesía y un proyecto músicomercadotécnico que diga que ahora lo que toca es hippismo y chanson. Una canción puede ser también una puerta, sólo que muy pocas lo son, y de las que sí, muy pocas están abiertas. Aprovechando las fechas en que estamos, pasen por aquí:



Sí, me gusta mucho Keren Ann. Su último disco no es Not Going Anywhere ni La disparition, pero igual merece la pena. Tal vez me habría gustado que hubiera sido más original y que no hubiera dado el típico giro al folk en plan Nina Persson, Damon Albarn o Isobel Campbell. Pero quién soy yo para opinar, aparte de un fan.