La poesía de Joanna Newsom es feérica, hermética, extremadamente sugerente, rica en valores sinestésicos y, a qué negarlo, más bien alienígena. O cómo llamarían ustedes a la mezcla de mitología apache, dolce styl nuovo y vanguardia europea que se gasta la niña.
El extrañamiento aumenta cuando la oyes: melodías de los nativos americanos, un arpa (su instrumento) que toca influenciada por la música de África Occidental, una voz con más registros que la de un gato y un fraseo aparentemente no ligado a ley musical alguna, o si no juzguen con esta cancioncilla (total doce minutos) dedicada a su hermana, la famosa astrofísica Emily Newsom:
Ahora entiendo porque me martilleas los oidos con esta tipa, solo y exclusivamente porque te pone, cabrón.
ResponderEliminarte quiere, tu Charo.