lunes, 26 de mayo de 2008

LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS


... como por ejemplo Balcanes, que es la que analiza Slavenka Drakulić en este magnífico artículo de El País. La suciedad pegajosa que las muchas guerras le han ido añadiendo, las connotaciones malolientes adquiridas tras su paso por la prensa occidental. No, no es extraño que los Balcanes empiecen siempre un poquito más al este de donde se esté, si se le pregunta a sus propios habitantes: si se interroga a un esloveno, empiezan en Zagreb, si a un croata, en Bosnia, si a un sarajevita, en Serbia, si a un serbio, en Kosovo, etcétera. Pero no es tan difícil, cuando uno ha pasado por allí, conocer un núcleo de limpieza innegociable, una forma inimitable de dignidad y de humanidad que salta a la vista si nos fijamos en cómo se confecciona por allí el pan, o la poesía, o los puentes. Un cuidado extremo, que colinda con el amor. Un significado secreto, pero presente cada vez que oigo esa palabra, los Balcanes, benditos sean.

5 comentarios:

  1. Magnífico el artículo de Slavenka Drakulić, sí señor, y muy bueno, comenzando por el título, este nuevo "poste" tuyo de esperanza que hace honor al deseo de "evocar otros muchos significados y asociaciones" de ese nombre, "los Balcanes".

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  2. Balcanes... ya sabes: un maravilloso río verde, de un verde inconcebible desde este país de amarillos; y también puentes cuyas piedras se pueden recuperar, se pueden volver a unir para acercar barrios que parecen irreconciliables y lejanos.

    Una vez me comentaste que quien estuvo allí sorprendentemente no puede olvidarlos. Puentes, sí, Balcanes.

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  3. Yo no lo he leído pero me parece que más que los Balcanes, es el artículo de Drakulín lo que os gusta.

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  4. Y un abrazo!! Que te había perdido la pista...cha...

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  5. Sí, cuidarán mucho de sus puentes y la poesía será exquisita pero para matarse los unos a los otros y cometer genocidios en nombre de no se sabe qué, no se andan con chiquitas, ale, a fusilar, violar, rebanar el pescuezo y poner minas antipersonales que les sobran a los occidentales (que ya se están empezando a acabar) las compro al peso y a ver a cuantos me cargo, ahora eso sí, en eurovisión todos amigos y nos damos muchos puntos, que guai, jopetas, que bien nos lo pasamos en los Balcanes!

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