lunes, 18 de febrero de 2008

TOTANA

Es algo de lo que suelen hablar a veces esos homosexuales concienciados, cultos y emancipados económicamente que viven en las grandes capitales: el "efecto burbuja" capaz de hacerte creer que todo está bien, que la sociedad o bien ya acepta abiertamente la sexualidad de cada cual o está "evolucionando positivamente". Percepción que, como su propio nombre indica, tiende a estallar cuando se confronta con un entorno menos urbanita, es decir, con la realidad.

Esto lo cuento porque, salvando todas las distancias que haya que salvar, yo también me encontré con que mis percepciones de internauta izquierdoso aficionado a Menéame y a Reddit y a firmar peticiones y a manifestarme con Murcia no se vende desde Santo Domingo a San Esteban reventaron el sábado en Totana, un pueblo -lo digo desde ya- con un grave déficit democrático, incluso para lo que estamos acostumbrados en Murcia.

Hablo de que la policía municipal impidió la pegada de carteles para la manifestación.

Hablo de que se ha creado una plataforma de apoyo al alcalde, encarcelado hace unos meses por delitos de corrupción urbanística.

Hablo de que el ayuntamiento prohibió el concierto planeado para después de la manifestación.

Hablo de bares cerrados, puertas selladas, balcones sin nadie, plazas - incluso la principal- vacías de gente.

Hablo de que hicimos mucho ruido, que éramos muchos, que cantamos mucho y que teníamos razón pero nos encontramos con un pueblo cerrado que parecía estar tapándose las orejas.

Menos mal que llevamos los tambores.

2 comentarios:

  1. Me duele esta región. Demasiados años peperos, esto no se sostiene ya. Ojalá en breve un cambio. Por la cultura, por el desarrollo, por salir de la cateteeeeeríííia.
    Un saludo

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