jueves, 11 de octubre de 2007

DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE POESÍA

LEYENDO LOS POEMAS DE UN AMIGO AUSENTE

Tsu Mei ha muerto prematuramente.
Chang Yu anda ahora por el Sur. Y yo,
Desgraciado de mí, soy como una
Cuadriga que ha perdido los caballos de
La derecha y de la izquierda. Su
Recuerdo, como un enemigo potente, ataca
Y me derriba. El endeble enjambre
De mis pensamientos lucha en vano contra
El embate. Todos los hombres
Respetan el trabajo intenso, pero en
El ocio y el reposo encuentran
Paz y felicidad. Y a mí, ¿qué me sucede?
Nada, salvo que no puedo soportar
La pérdida de amigos. Hace mucho que no
Escribo poemas. Mis ideas son como
Un pastel pegajoso. Cuando la tierra buena
Permanece inculta, la hierba
Desaparece, substituida por la maleza
Difícil de azadonar. Cuando no
Se usa un pozo todos los días, el agua
No se mantiene pura. Por azar,
He abierto un libro de Mei y he olvidado
Todo lo demás, mientras el sol se
Ocultaba tras los aleros. Los gozos de la
Poesía, para quienes los aprecian,
Aumentan con el tiempo y la familiaridad.
Su riqueza nunca acaba de saciar.
Los hombres de esta época me inspiran
Compasión. Nunca hablan de cosas
Interesantes. Carecen de ambición y mueren
Sin llegar a conocer la música de
Los versos. Pero yo, que tengo la fortuna
De apreciar esos placeres, cuanto
Más los saboreo, mejor los entiendo y más los
Necesito. En el ocio que me dejan
Mis obligaciones, me quedo en casa para poder
Gozarlos en paz y me maravilla que
Mis escasos medios me hayan permitido
Disfrutar estos poemas tanto,
Que me siento como un caballo desbocado.


OU YANG HSIU (1007-1072)

En Cien poemas chinos, de Kenneth Rexroth (Lumen, 2001)
Traducción de Carlos Manzano

1 comentario:

  1. Un poema magnífico. Y muy bien traído. De Ouyang Xiu conocía algunos textos en prosa y tres o cuatro poemas, entre otros este en el que sin duda se inspiró Augusto Monterroso para extraer su célebre y manido micro-relato:

    "Los árboles verdes enlazan sus ramas, trinan los pájaros del monte.
    El viento apacible sopla suavemente, arremolinando las flores caídas.
    Las aves cantan, las flores danzan, el gobernador está borracho.
    Cuando despierte mañana, la primavera seguirá estando allí."

    El gobernador, claro, era el propio Ouyang Xiu; y esas flores que danzan, según nota a pie de página, las cortesanas que bailaban para él.

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